Todos los niños pueden concentrarse, pero es una habilidad que crece con el tiempo. Las limitaciones en la percepción y la memoria de trabajo lo impiden en los primeros meses.

A medida que los bebés comienzan a caminar, su capacidad para pensar y moverse aumenta. Pueden tomar decisiones sobre qué hacer a continuación y moverse hacia el objeto objetivo. Si tienes un bebé recién móvil, habrás notado cómo algo llama su atención, pero para cuando han gateado a la mitad del camino, han olvidado a qué se dirigían y se distraen con otra cosa.

En este momento también crece su capacidad de prestar atención. Pueden permanecer comprometidos con una tarea por más tiempo.

La atención de los bebés está determinada por factores externos: ¿Qué tan cerca está el objeto? ¿Qué tan nuevo y emocionante? Puede saber si un bebé está interesado por la cantidad de tiempo que pasa mirando.

bebé entretenido

El enfoque de los niños pequeños, por otro lado, está determinado por sus intereses y metas. Están intrínsecamente motivados. Es menos probable que los estímulos externos los distraigan. En otras palabras, pueden prestar atención durante más tiempo.

Y a diferencia de los bebés, los niños pequeños muestran que se involucran manipulando objetos en lugar de simplemente mirarlos.

Sin embargo, por lo general no es hasta el preescolar que los niños pueden anular el impulso de cambiar su atención a algo nuevo. Entonces, ¿qué significa esto para la forma en que configura el espacio de juego para su hijo?

  • La investigación

¿La cantidad de juguetes disponibles afecta la calidad del juego?

La prueba fue sencilla. Coloque a un niño en una habitación con cuatro o dieciséis juguetes y responda las siguientes preguntas:

. ¿Cuánto tiempo jugó el niño con cada juguete?

. ¿Con cuántos juguetes para niñas jugó su hija?

. ¿Cuántas maneras diferentes encontró el niño para jugar con cada juguete?

Un niño investigando diferentes objetos y juguetes.

  • Los resultados

No se necesita un título en desarrollo infantil para adivinar lo que sucedió: los niños a los que se les presentaron dieciséis juguetes estaban menos concentrados. Querían probar cada uno.

Los niños que recibieron solo cuatro juguetes aún exploraron las opciones disponibles, pero luego se decidieron más rápidamente por el que más les interesaba y era mucho menos probable que cambiaran su atención. Estaban menos distraídos.

Pero aquí está la parte importante: cuanto más jugaban con un juguete, más creativos se volvían. Pudieron explorar sus posibilidades más a fondo.